Durante la década de 1940 se toma un cuenta un tipo de arquitectura regional diferente, esa es la arquitectura latinoamericana. Se tomaba especial atención porque presentaba características distintas a los ya movimientos existentes. Duran los '40 se quiso seguir el movimiento moderno, pero las condiciones locales y las exigencias de quiénes ordenaban diseñar se impusieron, creando así un estilo propio.
El sello más distintivo son los colores, fueron el ejemplo de la diversidad, eso también choca de lleno con el contexto histórico que estaba ocurriendo en la zona. Muchos cambios políticos y sociales. Por eso se utilizaba la arquitectura para marca un sello propio, una señal.
La Casa Luis Barragán es un ejemplo de ello.
Luis Barragán fue un muy importante arquitecto mexicano quién se caracterizó por dar su estilo propio a todo lo que construía. Por eso al diseñar su casa-taller quiso que tuviera su propia identidad. Para ello empezó tomando de ejemplo el modernismo, con líneas rectas, una geometría exacta, priorizando los cubos, dando un toque minimalista a distintos rincones de la casa...
Pero también añadió su toque regional, un gran número de colores muy variados que destacan considerablemente. Lo que hacía Barragán con su diseño fue plasmar su alma, sus pensamientos, quiso dar su opinión de lo que estaba ocurriendo en el mundo durante la II Guerra Mundial, y la forma más idónea que encontró fue diseñando su propia casa y su propio taller, el lugar dónde nacía su arte.
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