El estilo minimalista en la moda tuvo un impacto significativo en la década de 1990, aunque sus raíces se remontan a décadas anteriores. Este enfoque se caracteriza por la simplicidad, la claridad y la ausencia de adornos innecesarios. La tendencia hacia la ropa reducida y simple, con tonos neutros y líneas limpias, marcó una transformación en la moda contemporánea.
El minimalismo en la moda se inspira en la estética japonesa y americana, y su influencia se puede observar en diseños que priorizan la funcionalidad, la geometría pura y la sencillez elegante. Esta tendencia se aleja de los excesos ornamentales y se enfoca en resaltar la calidad de los materiales, así como en crear prendas atemporales que trascienden las tendencias fugaces.
El impacto del minimalismo en la moda no solo se refleja en las prendas de vestir, sino también en el diseño de accesorios y en el estilo general de presentación personal. La idea de "menos es más" ha permeado la industria de la moda y ha dejado una huella duradera en el mundo del diseño.
El minimalismo continúa siendo una influencia relevante en la moda contemporánea, demostrando que su aprecio por la simplicidad y la elegancia perdura a lo largo del tiempo.
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